"Sí, pero quién nos curará del fuego sordo…
¿No será otra vez la literatura? Rebelión, conformismo, angustia, alimentos terrestres, todas las dicotomías… qué hamaca de palabras, qué dialéctica de bolsillo con tormentas en piyama y cataclismos de living room. Entre el Ying y el Yang, ¿cuántos eones? Todo es escritura, es decir fábula".
Chopin, Piano sonata nº2, Opus 35. Marcha fúnebre.
Otras referencias cortazarianas
a colación de Chopin:
"Lejana"
Yo veía saludar a Elsa Piaggio entre un
Chopin y otro Chopin, pobrecita, y de mi platea se salía abiertamente a la
plaza, con la entrada del puente entre vastísimas columnas.
"La vuelta al día en ochenta
mundos"
Primero, elimina eso de "la
física y la metafísica", que parecen las dos manivelas
del futbolín.
Si tú, en el momento en que le untas la mantequilla
al pan (te recomiendo la de Santander, que es la mejor)
eres capaz de enlazar ese conjunto donde entran tu apetito,
los ingredientes citados y
un cuchillo con, por ejemplo, una frase de una sonata de
Chopin,
o uno de esos recuerdos recurrentes -que por algo
son recurrentes-, te darás cuenta de que al margen
de las asociaciones analógicas se abre una segunda opción, la de entender
el producto como realidad enriquecida ...
"Un tal Lucas" (Lucas, sus
desconciertos)
Allí por el año del gofio Lucas iba
mucho a los conciertos y dale con Chopin, Zoltan Kodaly, Pucciverdi y pare que
te cuento Brahms y Beethoven y hasta Ottorino Respighi en las épocas flojas.
Ahora no va nunca y se las arregla con los discos y la radio o silbando
recuerdos, Menuhin y Friedrich Gulda y Marian Anderson, cosas un poco
paleolíticas en estos tiempos acelerados
-Eso es lo que no entenderán nunca -me ha dicho-. Son
como un mono con un plumero, como las chicas del conservatorio de Kansas City
que creían tocar Chopin, nada menos
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