sábado, 5 de marzo de 2011

Circuncines 4. Segundo de Chomón


Nuestra historia debe comenzar en el París de 1895, donde recién llegado de su Teruel natal, el joven Chomón descubre, quedando fascinado, el cinematógrafo de los Lumiere.

Gracias a su mujer, actriz de vodevil de no mucho éxito, que trabaja como coloreadora a mano de fotogramas en el taller de George Melies, Chomón descubre la técnica cinematográfica a la que inmediatamente le aplica sus conocimientos de ingeniería y fotografía para inventar un nuevo y revolucionario sistema de coloreado de película mediante tramas.


 Aquel invento rechazado por Melies sería adquirido por la gran productora francesa Pathé utilizándolo con el nombre de Pathecolor en sus siguientes films, dirigidos en su mayoría por Ferdinand Zecca.

De aquellas películas destaca “La vida y pasión de Jesucristo”, de 1905; una de las obras más sorprendentes de la época gracias al fascinante trabajo técnico del turolense sustentado en una brillante fotografía, en trucajes novedosos, apariciones y desapariciones, alteraciones de plano y, por encima de todo, un colorido vivísimo resultado de sus innovaciones.


 Mientras continúa trabajando para la Pathé y experimentando con la técnica, Chomón realiza sus primeros films en solitario. Su gran objetivo siempre fue descubrir nuevos lenguajes y fórmulas de narratividad experimentando con la fotografía, los efectos especiales, los trucos de imagen, las posibilidades del color e incluso con la introducción del sonido.

Así es como en 1905 desarrolla uno de los más decisivos inventos de la primera fase de la historia del cine, el llamado Paso de manivela, que permitirá rodar fotograma a fotograma y por tanto sustituir, transformar o modificar elementos presentes ante la cámara parando momentáneamente el rodaje y reiniciándolo una vez modificada la escena.

La totalidad de películas de trucaje y fantásticas realizadas desde entonces, y en concreto las obras de Melies, emplearían el paso de manivela.


Trabajando para la Pathé, Chomón realiza algunas de las más grandes obras maestras del cine primitivo aplicando nuevos trucajes, inversiones de plano, encadenados, sobreimpresiones, trasparencias y un sinfín de invenciones técnicas desarrolladas en su taller. De esta fase destacan películas como “El Castillo encantado”, “Satán se divierte” o “La gallina de los huevos de oro”; aunque ninguna como su film más célebre, “El hotel eléctrico”, una excepcional obra realizada mediante un arcaico método de stop motion, repleta de ingeniosos trucos de cámara y fotografía, y en el que, adelantándose 30 años al “Tiempos modernos” de Chaplin, se muestran los peligros de la automatización mediante la llegada de una pareja a un hotel completamente mecanizado y que acabará viéndose sumido en un completo caos.

Tras su éxito en Francia, en 1912 es contratado por la mayor productora italiana, la Italo Films, para trabajar junto a Giovanni Pastrone en la primera gran superproducción de la historia del cine; la monumental “Cabiria”, de tres horas de duración y con el presupuesto más alto hasta el momento. En Cabiria, Chomón se luce con la iluminación de uso estético, ambiental y enfatizante, con los efectos especiales, con el uso de panorámicas y con la realización de los primeros y aún discretos travellings de la historia del cine. Elementos todos que junto a su colosal escenografía serán tomados por Griffith para construir su “Intolerancia”.


 Además de “Cabiria”, junto a Pastrone, Chomón realizará otra de sus grandes obras maestras, “La guerra y el sueño de Momi”, una auténtica delicia en la que mezclando animación y ficción da vida a dos ejércitos de soldados de juguete durante una batalla.

Pese a que su trabajo en Italia continuaría con la realización de las series de películas del forzudo Maciste o la de la vamp Pina Menichelli, sería en España colaborando con Benito Perojo y especialmente en Francia donde realizaría sus últimas grandes obras. De entre éstas destacaría su labor como fotógrafo, técnico y operador en la monolítica “Napoleón” de Abel Gance, en la que llegó a dividir la pantalla en tres para formar la bandera francesa o a utilizar hasta 6 cámaras simultáneas, una de ellas dotada de completa movilidad, para narrar la vida del Emperador francés.


Segundo de Chomón fallecería en 1929 a consecuencia de una enfermedad contraída en Marruecos. Allí había acudido para rodar un documental sobre el Sahara, con la intención de experimentar un nuevo sistema de película en color.

Dejó tras de sí más de 500 películas y una contribución decisiva en el cine de ficción y animación. De ahí que resulte incomprensible como uno de los mayores genios de la historia del cine español, continúe siendo a día de hoy un completo desconocido.



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