viernes, 5 de noviembre de 2010

Entre nosotros. MAREN ADE. Alemania, 2009

Sobre la descomposición de la pareja burguesa y la crisis atávica de la institución matrimonial hemos visto mucho; quizás demasiado, ya que todas aquellas películas que se deciden a tratarlas parecen contar lo mismo, sin apenas novedades (hombre y mujer, sociedad moderna, pasión inicial, estabilidad aparente, convenciones, agotamiento, desconfianza, crisis, violencia, separación…). Si bien, y pese a lo manido del argumento, algo de tangible credibilidad existe en algunas de estas películas, algo de reconocimiento en los personajes y en las historias, algo de gran e incuestionable verdad hay en ellas que se nos impone mantener frescas en la memoria un puñado de obras irrepetibles que forman parte del acervo cultural colectivo y que, pese a repetir lo que estamos ya cansados de oír, una y otra vez, una y otra vez, nos descubren nuevas dimensiones, nuevas  perspectivas, nuevos espacios y grietas por donde se escapa ese amor que suele florecer o entreverse al principio de los films y que acaba por convertirse en una prisión, en una condena, en un infierno… cuando no en una tumba. Y a ese selecto grupo, el de películas espejo y, al mismo tiempo, películas bisturí, pertenece, por beber de esas obras irrepetibles, "Entre nosotros", premio del Jurado de la Crítica en Berlín en el 2009.


Maren Ade decide centrarse en la dirección de actores al tiempo que emplea un estilo casi documental con una realización velada donde la cámara trata de pasar desapercibida para seguir durante sus vacaciones en Cerdeña a Gitti y Chris, una pareja de alemanes en plena descomposición que acaba por naufragar después de encontrarse fortuitamente en la isla con otra pareja de amigos. La presencia de lo nuevo, sin necesidad de vincularse a hechos traumáticos (como hace Bergman en “Cara a Cara” o “La Carcoma”) o extrañamente inquietantes (como suele incluir en sus películas Dominik Moll), convulsiona, por simple comparativa y tendencia mimética, los frágiles puntales de la relación. Los roles de género perfectamente definidos en la pareja de amigos y en los que la figura femenina queda supeditada a la autoridad y protección del hombre, remueven los sustratos culturales más ocultos de Chris y Gitti. Así, él hace propios los comportamientos de su admirado amigo mientras ella acaba por ceder en sus principios, diluyéndose y anulando su autonomía e independencia femenina, ante el temor de perder a su amado.


Durante la primera mitad del film la trama se vuelve intencionalmente errática debido a la continua redefinición que por parte de los protagonistas realizan respecto a los términos en los que se construye la relación. Como ocurre en “La aventura”, los dos personajes zozobran en tiempo casi real, con sus pausas y sus aceleraciones, con sus diálogos por momentos sin fluidez y sus discusiones verborreicas, con sus silencios y sus fragores, con sus recelos y sus ilusiones; cuando éstas aún son comunes.


Pero esto es sólo la primera parte porque, sin salirnos de Antonioni, “La Aventura” se convierte en “La noche” (menos sutil, claro, menos melancólica, por supuesto, y sin Mónica Vitti; qué lástima) y la vergüenza hacia el otro -hacia el contrario-, las traiciones, las mentiras, los desprecios y las desconfianzas se adueñan de la pareja. Pero para entonces Antonioni ha dejado su sitio a Bergman, el de sus primeras y sus últimas obras, el de “La sed”, “Secretos de un matrimonio” o “De la vida de las marionetas”, el de la violencia contenida y el odio, el de las catarsis, el que hace crecer la distancia hasta convertir a los amantes en desconocidos. Y una vez alcanzado este punto, cuando la descomposición parece definitiva, sólo un milagro puede salvar la relación; y si no que se lo pregunten a Rosellini.

LA ESCENA DAGUERROTIPO

La noche anterior han discutido; ella decide bajar sola a la ciudad para pasear por sus calles y comprar algo de ropa. Mientras deambula sin rumbo ni prisas cree reconocerlo dentro de un restaurante. Duda al principio pero decide entrar; es él, sin duda. Se le acerca y le saluda; cauta, dubitativa… a la expectativa.



Llevan más de cinco años juntos y aún así cuando él la mira hay un punto de timidez e incomodidad, una sensación de desagrado, de vergüenza e irreconocimiento, de trasgredir el encanto de la soledad; una sensación inmisericorde de pérdida y abatimiento.


DÓNDE


http://cineonline1.bligoo.com/content/view/832013/Entre-Nosotros-Online-Subtitulada-Sin-Descargar.html
o
http://ladescargadirecta.com/gratis/pelicula-entre-nosotros-dvdscreener-castellano-2009/

No hay comentarios:

Publicar un comentario